Estos últimos tiempos me encuentran por las calles de Barcelona, tratando de llevar a buen puerto, tramitecillos civiles que cualquier mortal alguna vez en la vida ha de completar.
A pesar del atuendo informal de los trabajadores españoles y el aspecto edicilio de las oficinas (que no destaca precisamente por su belleza), me sorprendió muy gratamente la atención recibida. En oportunidades por teléfono y en otras personalmente, quienes que me atendieron me brindaron información completa y precisa, buen trato y explicaciones del caso. De hecho, hubo una señora que completó todos los datos necesarios ella misma para así agilizar el trámite, y poder irme con el mismo finalizado.
Desconozco si finalmente, de aquí a dos semanas que se tendría que ver la nave en algún amarradero del buen puerto mencionado, tendré la posibilidad de encontrar la mercadería en el estado esperado, sin roturas, pérdidas o errores, la factura lista para archivar y el capitán saludándome con una sonrisa. Pero mientras tanto, destaco y agradezco el accionar que, despojado de abalorios y corbatas, sobrevalorados en ámbitos de donde provengo, se centra en comunicar y tratar de hacer bien.
10.6.08
Atención al cliente
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