23.11.09

Señora...

La primera vez que me dijeron señora fue cuando tenía 13 años. Recién cumplidos.
Un mozo de una pizzería de Salta tuvo la culpa allá por el ´91.

Hoy soy yo la que quepo (o podría caber perfectamente) en esa "etiqueta"... y me resisto.

Me siento joven, aunque no inexperta, tengo ambición, pero no me como el mundo. Y sin embargo, cuando me llaman señora, se me alarga la falda hasta la rodilla y me cubre un chal de lana oscura que enseguida trato de doblar suavemente y depositar en la silla más cercana. :-)

Hace unas semanas pasé caminando frente a un colegio primario del barrio, que también tenía jardín de infantes. Se veían nenes en el patio y se escuchaban voces, gritos y juegos, por lo que el recreo se hacía visible.

Acababa de cruzar la calle y bordeaba la entrada cuando escuché:

"Señora, nos alcanza la pelota?". Me dí vuelta y ví a dos enanos vestidos con un delantal azul y blanco a cuadros, ñata contra el alambrado y expectantes de mi reacción.

"Dónde está la pelota que no la veo?", les contesté después de escanear brevemente el terreno sin divisar adminículo redondo creador de pasiones.

"Ahí!". Me dijeron, girando hacia su derecha y pegándose al alambre, esta vez el lateral.

Cuando bajé las escaleritas la ví: una pequeña pelota verde que esperaba ser devuelta a unas manitos que sostenían una igual, en color rojo.

"Uno, dos y ..tres!", dije cuando tiré lo que esperaban por sobre el alambrado. Los pibitos dejaron de mirarme y salieron corriendo en su búsqueda.

Me quedé mirándolos por unos instantes. Pensé: yo soy de su bando, no del de señoras... .Pero no se dieron vuelta.

Así que seguí mi camino original, rumbo al banco, a abrir mi libreta de ahorro.

8.11.09

El lenguaje corrupto

je, y después del título tengo que recurrir a mi amiguita que acaba de ser mamá de Pau ( :-))))))) ) para que me tire un peázo de salvavidas y me saque del berenjenal en el que me metí. Como está con su nuevo retoño que hoy voy a conocer, tendré que nadar solita sin hundirme hasta que la leche se convierta en crema y pueda salir sin problemas, como la ranita en el cuento de Bucay, les suena?.



(Original en http://www.salamancaactualidad.com/DICIEMBRE_08/fragmento.htm )

Hace rato, un par de años en efecto, que vengo leyendo de otras personas, a veces que ni siquiera conozco personalmente, te saludan o cierran un mail con "un abrazo".

Para mí, que un abrazo es una conexión profunda y un dar y recibir sentido, el "un abrazo" al final de una comunicación con alguien que apenas conozco se convierte en: "un placer" dicho en la misma situación, esta vez y generalmente, en persona. Hace años que pienso que placeres son otros, y no saludar o despedirte de alguien que no conocés por primera vez.

No niego de que alguna vez por respetar ciertas formalidades he dicho: "un gusto, o encantada", aunque ésto último más les suceda a las ranas-príncipe de algún cuento leído y releído por mamás o abuelas (hoy tengo alguna especie de fijación anfibia)

A veces pienso que soy demasiado "tikis-mikis", pero la mayoría creo que no, que las palabras tienen un valor y que no pueden ser usadas para todo, pues acaban perdiéndolo.

¿Ustedes qué piensan?