8.2.08

Qué tienen en común....(2º entrega)

Aparte de las Ferias, dos ferias independientes pero con la temática turismo, y que yo no conocía y fui a visitar, en realidad no encontré muchas más coincidencias entre estas dos ciudades.
Algunos aspectos que me llamaron la atención: había escuchado que Dublin era hermoso, que le gusta a todo el que va, que pin, que pan... . En el avión, fue una emoción sacar alguna foto desde arriba, a los paisajes que se iban sucediendo, kilómetros como baldosas, observar a los pelirojos con acento marcado y preguntarme si me los encontraría en algún pub después, el aplauso del pasaje del avión al aterrizar sin problemas en el aeropuerto... . Claro, con tanto viento y alguna turbulencia, parece que los irish ya lo toman como un juego, a ver qué piloto los hace cabecear menos. Una vez allí, sorprenderme por la similitud de las casitas tipo dúplex, con garage y jardincito en la entrada (porch cerrado, imaginen viento y lluvia), parquización impecable. Sin embargo, llegada al centro, me impactó la estética de la ciudad. Fachadas todas iguales en volumen, cada una distinta de la otra en estilos y por favor los colores. Va muestra:


En cambio, los edificios antiguos son un ejemplo, miren la iglesia de Saint Patrick:


Mucha gente joven en la calle, muchos cafés "to go", poca elegancia, garbo y clase. Si tuviera que vivir en Dublin lo pensaría dos veces... .
La feria en sí muy chiquita, en tres horas ya la había visto twice, y aún así, Brasil estaba presente. Muchos "retired" vestidos con jogging, carrito de la compra (changuito) para los kilos de folletos y los sombreros de playa que regalaba el stand de Catalunya, dando vueltas por la zona de las motor home y viendo en dónde invertir su pasta.
No pude dar vueltas por la irish costa, praderas alfombradas y mar picadito. Pero entré en un par de museos, en exposiciones de libros del año 800, en bibliotecas antiguas (la del Trinity College (Long Room) y la Marsh (de la iglesia St. Patrick) con 200.000 y 25.000 volumenes respectivamente. A mi vieja se le caerían las medias, y a mí casi.
Probé cerveza, no iba a cometer el sacrilegio de no hacerlo en Dublin!. Pero no la Guinness mas la Killkenny (negra muuuuuy suave) y una blanca también súper suave no recuerdo el nombre. Debo aclarar que si me tomé una pinta y un vaso respectivamente, fue porque tenían hasta sabor aguado. O sea, por un lado, mi paladar y mi actitud fueron diferentes, reconózcolo (aunque la Stout de Quilmes era la única que tomaba más de un sorbo!) pero por otro lado, dudo que a los tomadores de cerveza de los que no daré nombres ;-) les hubiera parecido digno el brebaje que yo ingerí. Ahora, please, no hagan como este señor:


En cuanto a Madrid: FITUR es impresionantemente grande, realmente no pude recorrerla entera con el detenimiento que me hubiera gustado. El jueves pudimos entrar recién al mediodía después de problemas técnicos en la zona de registro, asisitmos a charlas de tecnología, recorrimos zona Europa y América y acabóse el día. Viernes más charlas, más recorridos, stands interesantes, empresas y nuevamente adiós. Sábado era el primer día abierto al público pero igual fui solita. Era un caos, colas de metros por una vasijita gratis o un bocadito con chocolate. Civiles con valijas esperando rebosar de árboles muertos que luego encontrarán podredumbre en tachos de basura familiares. Aún queda la esperanza del reciclado.
El stand de Argentina obtuvo un premio por diseño de stand. A ver quién reconoce esta imagen?:


Y a ver quién reconoce a los personajillos de esta foto?


Balance positivo, asistí a FITUR!. Una emoción. Volveré a Madrid porque no conocí casi nada.

Los dejo gente, que me tengo que poner a estudiar!!.
Abrazos.

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