16.1.09

Dios por dos

Uno: esperándola a Carito en Mitre y Rivadavia, sentadita miraba cómo pasaban los colectivos. En un momento, de uno de ellos se baja un pibe un tanto moreno, que se acerca y ocupa el extremo opuesto al mío, del mismo banco verde en el que yo estaba sentada. Viéndolo venir de reojo, a sentarse cerca mío, giro lentamente la cara y me quedo mirando hacia el otro lado. No habían pasado ni 5 segundos cuando me lanza un:
-Disculpame, te hago una pregunta: qué quieren uds. las mujeres?.
-Uf!-dije yo- te bajaste conflictuado del colectivo flaco!.- Qué te pasa?-le pregunté finalmente.
Y comenzó a hablar. Que si nosotras, elegimos a los hombres por dinero o nos importan otras cosas, que él era enfermero en la penitenciaría y a pesar de ser milico es muy cariñoso. Por eso, le hacía mimos a la mujer, con la que está hace 6 meses, la escuchaba, la trataba de contener... .
-Pero ahora me pide un tiempo- dice. -Y yo no entiendo cómo, a veces a la penitenciaría caen mujeres golpeadas que vuelven con el tipo que las golpea, y mi mujer... no se, no se qué quiere... .-.
-Pero pará-le digo-si tu mujer es fría un día y al día siguiente...- No me dejó terminar.
-No, ella no es fría... Sabés lo que pasa?. Es que no cortó el cordón umbilical todavía. Tiene 30 años y no cortó el cordón...-Uh, ahí viene mi colectivo!.-dijo, y salió disparado hacia la parada, justo enfrente nuestro.
-Dale tiempo!- alcancé a gritarle, a lo que contestó con una mirada poco crédula.
Y se fue.

Dos: esperaba el cole en Mitre y Santiago, bajo un tormentón de verano de los de todos los años. Mientras mi paragüas hacía lo imposible para protegerme, una señora mayor se acerca y me dice: le voy a robar un poquito de sombrilla, que tengo un dolor de garganta desde esta mañana... - A lo que se puso al lado mío, sin molestarme ni ocupar ningún lugar que yo estuviese ocupando.
-Claro-dije yo, mientras la miraba y la seguía escuchando, luego de un momento de alerta ante un posible robo (Argentina país generoso).
-Y ud. que colectivo espera m´hija?- me preguntó.
-El 1b-dije mirándola.
-Ah, hija, pero ese no para acá!. Ese para allá en la otra esquina, justo enfrente de la plaza.
-Gracias señora!.
-De nada hija, bendiciones.

Uno por hablarme y dos por darme la info correcta y además desearme buenas cosas. Estos destellos de luz son emocionantes.
Abrazos.

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