Mis queridos lectores: Aparentemente el calor está derritiendo mi neurona, el trabajo contracturando mis hombritos y el sol adormeciendo mi productividad... . No saben lo que me está costando avanzar con el proyecto de fin de carrera. Muchas de las tardes que me propongo escribir alguna página después de un día de trabajo, termino viendo publicidades argentinas en youtube. A propósito, este fin de tuve una miqueta de morriña (había visto 9 Reinas, material que favoreció el desarrollo de mi estado nostalgeril) y buscando "cartas viejas" apareció esto (que después alguien también me mandó por mail). Son unos 5 min de audio solamente. Cuando decidan regalárselos, cierren los ojos y déjense llevar. Un gran abrazo.
29.7.08
Nostalgia
20.7.08
Amigo
14.7.08
Sexo
Sólo hizo falta dar mi sí, para comenzar a compartir una tarde de esas que ocurren sin planear.
Apenas salimos del metro, el cielo había pasado de ser un tímido celeste, a un potente gris, haciéndonos temer... "que el cielo cayera sobre nuestras cabezas"... .
Sin hacer caso al pronóstico, caminamos hasta el lugar hacia en el decidimos entregarnos, donde a pesar de los tentadores carteles, el monto final seguía siendo elevado para nuestras nóminas aún sin cobrar. Sin desanimarnos, nos volvimos hacia el primero de estos urbanizados edificios, donde una grata sorpresa nos esperaba en la puerta, a su justa temperatura y en manos de una señorita que la repartía con una sonrisa. Se promocionaba un nuevo producto con un free tasting en sabores varios; arremetí sin pensar, comprobando la dureza del contenido, para dejarme llevar por ese placer deshaciéndose en mi boca. Comprobé que, a su tiempo, mi acompañante hacía lo mismo.
Acabada la magia, apuramos el paso para que nuestros pies nos guiaran hacia lo que nuestras manos tocarían y nuestros ojos admirarían. No fue posible complacerlos sin embargo; a pesar de haber sentido química con alguno, de ninguno nos enamoramos.
Decidimos hacer un último intento y buscar en el centro; habíamos tomado la temperatura necesaria para luchar hasta el fin por aplacar nuestros deseos.
Tuvimos que correr bajo las primeras gotas de un húmedo aviso estival, que a pesar de su caída in-crescendo, daba lugar a buscar cálida protección bajo la superficie de la tierra. El metro se constituía para quienes entrábamos en él casi sin pedir permiso, en un perfecto recoveco de calidez y acogida.
No sabíamos sin embargo, que sus brazos nos iban a contener por poco tiempo. Salimos de él para, ahora sí, recibir en la totalidad de nuestros cuerpos, la descarga, la potencia, la lluvia.
Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que, a pesar de nuestras intenciones de seguir, aquel precipitar acuoso sobre nosotros, daba por finalizada la misión. No pudimos contener las risas, y cuanto más continuábamos, más difícil se nos hacía mantenernos con la ropa en su lugar. Disfrutábamos ingenuamente de aquel momento mágico, inconsciente y único, en el que sin pensarlo, nuestras compras de rebajas con madame Layla, se postergaban para otro día. No fueron suficientes ni el helado tipo sandwich de chocolate y ningún par de zapatos o vestido que vimos en Diagonal, cerca de María Cristina.
Fue el final de una tarde de Sexo en Nueva York... o su versión catalana, de rebajas en Barcelona... .
:-)
6.7.08
Lectura de verano, calor...
playa, olas, viento, arena... . Nada de eso señores, o por lo menos sólo de lejos de lunes a viernes. Que toca currar full-time y terminar el bendito proyecto!.
Jiji, bueno, no es para tanto; el otro día para despedir a Nati lo pasamos re-bien el chiringuito de Barceloneta, no?.
Pero luego de un cambio de horarios y rutina, me verán tempranito como una más, subida al metro y con librito de turno.
Tiene su encanto leer en el metro; mejor si se encuentra un asiento libre apenas uno sube, pero si no, apoyar las asentaderas en los cuadraditos azules de al lado de las puertas provee un lugar que; en combinación de piernas abiertas un poco más que el ancho de caderas; roza el 85% de seguridad de no caída ante curvas pronunciadas o frenadas imprevistas del L4 groc.
Sólo un inconveniente detectado hasta el momento: la atención hacia la lectura se ve interrumpida por dos factores: a)el control de estación, dado que si uno no las sabe de memoria debe ayudarse con los cartelitos del recorrido (... posible solución: alarma del móvil, ya la pondré en práctica) y b) el tener que mirotear de vez en cuando si alguna persona mayor o embarazada necesita el asiento que la mayoría de veces se encuentra. Es increíble cómo casi nadie se inmuta ante estos casos (tema que tratamos en largas discusiones con Dieguis, allá por el 2007), siendo los ininmutables, hombres y mujeres en perfectas condiciones (a simple vista) de ceder un asiento, y los afectados en su mayoría, personas mayores... .
Uf y ni qué hablar de cuando el metro se llena de guiris; de eso, en alguna próxima edición.
Hacemos un chin chin con un mojito, tereré o suc de poma ben fred?.