17.7.07

Cosecharás tu siembra (pero nada que ver con Migré)

Qué iba a imaginar que la actividad lúdica a la que le dediqué tantas horas en tierras argentinas, iba a tener impesados frutos en tierras españolas a la hora de la comunicación?.
En el hotel donde trabajo, todas las recepcionistas hablamos inglés (con mejor o no tan buena pronunciación), algunas champurreamos francés, y sólo una pica algo de holandés y rumano y otra, alemán. Pero ninguna de nosotras habla, ni champurrea, ni sopa, en ruso. Apenas tres o cuatro palabras robadas a un guía que silabeando nos indicó su pronunciación (claro, porque la escritura es idem a chino básico!).
Los rusos parecen ser (mal que le pese a Martina, estereotípicamente hablando) una especie extraña, y la mayoría de las veces, muy secos, muy serios, muy imperativos y muy duros.
Dado que (lloren yanquis), en ellos el inglés no es necesario como 2º lengua, hablarlo más lento o más fuerte o mejor modulado, no produce ningún efecto positivo en la comunicación recepcionista/turista con rublos.
Apliquemos la lateralidad Aimar, me dije en varias oportunidades. Lenguaje corporal: con algún buen resultado, pero difícil de aplicar a los conceptos que se manejan en un hotel (cómo le explicás con las manos y el arqueo de cejas que un depósito que deja en garantía se devuelve al final de la estadía??).
Más alternativas: lenguaje gráfico. Si mi letra es despatarrada, no me animo a calificar mis dibujos, pero, oh! sorpresa, los rusos y rusas se animan a continuarlos y además (suenen platillos y campanas), cuando teóricamente logramos comunicarnos, el cuerpo se les afloja, y "spatsiva" (gracias) mediante, dejan la recepción algunos con una sonrisa, para luego atiborrar sus platos en pensión completa de melón y sandía.
Querido Pictionary: tantas tardes imbuida en tus mayormente entendibles tarjetas con o sin punto, horas de transpiración y lapiceras gastadas en transformar una bola de pelos en un extinto mamut del persona/animal/lugar: hoy gracias a vos, la guerra fría a veces no es guerra y otras veces, hasta es tibia.

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