31.5.10

Nescafé y Correo de España en pro de la educación

Me hacía ilusión mandar las dos cartas que había preparado la noche anterior. Alrededor de las 10am agarré monedero y llaves, y partí hacia el correo, contenta de ir a enviar cartas de puño y letra (y de paso regalarles a mis ojos el recreíto necesario de la pantalla).

No esperé ni 10 segundos y llamaron a mi turno. Dado que el envío era certificado, a través de un seco "póngase a un costado y rellene los formularios", me aparté y dejé paso al siguiente cliente. Por el rabillo del ojo ví a un adolescente de gorra y remera ancha. Seguí con mi formulario. "Oiga, fffff, que mi madre me envía a rellenar esto, ¿cómo lo hago?". Ya no pude seguir. Giré mi cabeza y un adolescente bien entrado en la etapa de carencias, miraba en tono desafiante y víctima a la empleada que detrás de sus anteojos quizás también era madre. Espeté un poco más el contenido antes de ser ingresado en el sobre y visualicé un recorte en el que se leía: Concurso Gana un sueldo de 2000€ al mes para toda la vida

"Pones la dirección del destinatario aquí y todos sus datos y aquí a la vuelta tu nombre", le dijo en tono también seco pero con cierta empatía, al hijomimamámemanda. "¿Nombre mío?. Sí, el tuyo y tu dirección. ¿DNI también?. No, no hace falta.

Con +15 no sabés cómo enviar una carta chaval?. Gracias Nescafé, por colaborar con la educación diaria de los aspirantes al no paro y al no mileurismo, y sobre todo, en la de sus hijos.

Se fueron. Pero estuvieron.


Y nos abrazamos, reímos, puteamos y salimos.

Caminamos hasta que las piernas pidieron descanso. Y descansamos hasta que el sueño se fue y volvimos a salir.

Mayo de temperaturas atípicas. De ilusiones guardadas y expresadas. De mirar hacia atrás con un abrazo. Y hacia adelante con fuerza.

Me encantó que vinieran.