Los comentarios al último post me hicieron pensar bastante (se recomienda esta práctica una o dos veces por semana) y acomodar un montón de sensaciones que se iban sucediendo y confrontando.
Me equivoqué en dos cosas. Primero, en no dar una bienvenida a angie, como comentó el primer anónimo. Está claro que si estoy en la red es para que, conocidos y desconocidos por mí, me busquen y encuentren, o para que me encuentren sin que me busquen, o para que pasen y miren o... . Bueno, Uds. ya saben. Estar en la red es estar a la vista de quien quiera mirar. Entonces, angie, me alegro que visitaras mi blog. Bienvenidos a todos los que visitan mi blog!. Ojalá encuentren en él algo que les sirva, algo que los emocione, algo que los haga pensar o simplemente algo... .
Segunda equivocación: ojos que no ven, corazón que no siente. La mayoría de mis post son agraciados con comentarios de consabidos (por mí) bloggers o parientes, por lo que me reduje a pensar que son pocos más lo que me leen. Olvidé, gran olvido por cierto, el tránsito sin sombra que puede provocar un blog.
Ahora bien, saber que me leen más personas de las que yo creo y que transmito sensaciones mías que también pueden ser de otros, me alegra un montón. La pirámide de Maslow no es en vano y yo me siento identificada con ella y con todos los contemporáneos de la motivación y las necesidades del ser humano. Y aún más: encontrar comentarios de gente nueva con otras visiones, tal como se expresa en los comentarios, enriquece al blog y espero que también, a cada uno que lo lee.
Pero saben lo que no me favorece tanto?. El hecho de ir al ataque o a la defensa sin ton ni son. Admito y pido disculpas por haberme "defendido" o haber "protegido" a los lectores que yo conocía, del comentario de angie. No fue la forma correcta ni el contenido correcto.. Sin embargo, esto de "cerrar el blog", o de "ahora voy a mirar el blog de otra forma"..., son como ataques por tener puntos de vista diferentes. Y estar en la comunidad virtual y en el camino de muchos no implica estar de acuerdo con todos, aunque quisiera.
Una cosa que estoy aprendiendo a distinguir y a querer, son las diferencias. Saber que uno es único y que nadie va a pensar igual que cada uno de nosotros. Y lo que me encanta hacer cuando hablo con otra persona es poder negociar esas miradas u opiniones. Si con la negociación no hay punto de encuentro, me doy por más que satisfecha con una buena discusión. Y discusión como intercambio de ideas. Sin tonos subidos, ni peleas, ni ataques ni defensas. Una buena escucha al otro, un buen planteamiento de lo que pienso y de ahí para adelante.
Que no esté de acuerdo con los comentarios del blog no es algo negativo. A mí particularmente me obliga a reflexionar si lo que siento y pienso, lo sigo sintiendo y pensando luego de ese comentario, si sigo eligiendo la misma forma de sentir y pensar o si me conviene cambiarla o adaptarla. Me obliga a saber quién soy y qué quiero. Me ayuda a ver otras realidades, a aceptar. Y enriquece. Otros puntos de vista enriquecen. Pero no atacando ni defendiéndose. Esto del chusmerío, rencor, resentimiento, trato de evitarlo. Si lo provoco, pido disculpas y trato de solucionarlo. Pero no me gusta estar en ambientes de: mirá lo que hizo, lo que no hizo, lo saludo pero no lo banco, le sonrío pero es una tarada... .
Entonces... esto me lleva a los comentarios anónimos. Que mi blog y parte de mis pensamientos generen comentarios anónimos me provoca: alegría por el hecho de generar cosas, pero cierta tristeza por el hecho de no saber a quién impacto o no con lo que escribo. Porque fuera de la red me gusta mirar a los ojos y tratar de ver el alma. Siento que un comentario anónimo está ocultando algo que quizás no hace falta ocultar... . Se entiende lo que trato de expresar?. Ojalá que sí, y que, anónimos o no, comentemos, dialoguemos y nos conozcamos. En este espacio y en otros.
Un fuerte abrazo.
29.1.08
De comentarios anónimos, ataques y defensas, corners y.... gol!
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